Los datos son el activo más valioso y poderoso del mundo. Las empresas, conscientes de su poder estratégico, adoptan tecnologías como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, el análisis predictivo, la automatización o el análisis de datos en tiempo real para mejorar la toma de decisiones, optimizar procesos, impulsar su crecimiento y prepararse para el futuro.

 

Sin embargo, el uso de datos también supone hacer frente a desafíos importantes, como la gestión de datos masivos, la seguridad y la privacidad. Por ello, solo aquellas compañías capaces de superar estos retos podrán obtener una ventaja competitiva y adaptarse a un entorno empresarial en constante evolución.