En este artículo vamos a resolver varias dudas muy generalizadas sobre los overlays de accesibilidad (también llamados accessibility widgets, add-ons o capas de accesibilidad). Como veremos, numerosas sentencias judiciales avalan que estamos ante productos que engañan deliberadamente a las compañías que contratan sus servicios, a menudo con la promesa de seguridad ante sanciones y menores costes en accesibilidad.
Los overlays causan más problemas de los que solucionan, y el consenso es tal que hasta existen iniciativas como Overlay fact sheet, una declaración firmada por más de 700 profesionales de la accesibilidad que denuncia los riesgos que se derivan del uso de estas herramientas fraudulentas. Si bien ese consenso existe, debemos reconocer que el mensaje no siempre es fácil de trasladar, por lo que intentaremos abordar las razones en profundidad.
Antes, también aclararemos algunos malentendidos relativos a los validadores automáticos que, aunque (estos sí) son herramientas valiosas, a menudo causan desconcierto por las nomenclaturas empleadas, y no deben ser confundidos con sus «gemelos malvados», los overlays.
Los validadores automáticos
Los validadores web son la contraparte de los overlays. Herramientas como el Rastreador Observatorio de Accesibilidad Web son capaces de detectar y clasificar ciertos tipos de errores o barreras en la accesibilidad de un sitio web mediante el análisis del código a través de pruebas automáticas. Para ello, aplican tests estandarizados predefinidos, es decir, verifican si se cumplen una serie de condiciones, y generan las alertas correspondientes cuando se detectan incumplimientos.
Como herramientas, son excelentes y limitadas. Sirven de apoyo a los profesionales, ayudan a optimizar recursos y detectar más barreras, facilitan el mantenimiento a lo largo del tiempo de los sitios en los que ya se ha trabajado la accesibilidad. Pero se debe tener en cuenta que solo pueden validar hasta un 20% de los criterios, tal y como indica el W3C – WAI (Iniciativa de Accesibilidad Web del W3C).
Sin embargo, por la propia filosofía de los tests predefinidos, también tienen ciertas carencias. Es decir, su función es la de ayudar en la detección de barreras de accesibilidad, en ningún caso certificar o garantizar que el sitio web es accesible.
Así, pueden darse falsos positivos (por ejemplo, dar por bueno un texto alternativo para una imagen decorativa, sólo por el hecho de que la imagen tiene un texto), o todo lo contrario: detectar como error un enlace con un texto mayor a 250 caracteres, cuando ese valor no está definido en las WCAG de manera explícita.
El objetivo no debe ser «engañar» al validador para conseguir que no detecte ningún problema de accesibilidad, sino usar los validadores para que nos ayuden a identificar esos errores y ayudarnos a mantener la accesibilidad en el tiempo.
Qué es un overlay o capa de accesibilidad
Los overlays de accesibilidad (también llamados accessibility widgets o add-ons) son complementos que se integran en páginas web y que prometen mejorar su accesibilidad de forma automatizada.
A menudo, se presentan visualmente como un botón flotante con un icono de accesibilidad universal, y se comercializan agresivamente como «soluciones rápidas y fáciles» para lograr una conformidad total con las normativas vigentes y las Pautas de Accesibilidad al Contenido Web (WCAG). Afirman detectar y corregir automáticamente problemas básicos de accesibilidad, ofreciendo funciones como el cambio de tamaño de texto, ajustes de contraste, navegación simplificada y generación de texto alternativo mediante inteligencia artificial. Incluso prometen mitigar las responsabilidades legales derivadas del incumplimiento de las normativas.
Los proveedores de estos productos identifican el punto débil de las empresas, que es la presión por la accesibilidad y el riesgo legal, y ofrecen una solución aparentemente simple y de bajo costo. Esta estrategia de marketing, que a menudo exagera las capacidades de los productos, genera una «falsa sensación de seguridad» para las empresas, haciéndoles creer que están en conformidad y protegidas, cuando en realidad no lo están. La consecuencia directa es una asignación ineficiente de recursos y la persistencia de problemas fundamentales de accesibilidad que perjudica tanto a la compañía como a las personas usuarias.
Problemas para las personas usuarias
El factor humano
El principal problema se deriva de la necesidad de comprender el contenido para poder garantizar su accesibilidad. La semántica de la página, es decir, su estructura, la identidad de los componentes que la integran, el orden de los elementos debe transmitirse desde el código de programación para que las ayudas técnicas puedan procesarlo adecuadamente. Esta semántica no puede inferirse directamente de la presentación visual. Al contrario, las buenas prácticas en programación y la implementación de la semántica son los cimientos sobre los que se sostiene todo lo demás, y las últimas tendencias en posicionamiento web junto con los avances en IA no hacen sino evidenciar la importancia de la semántica.
Yendo a lo concreto: los overlays no corrigen etiquetas mal puestas, errores en el uso de ARIA, navegación por teclado deficiente o estructuras HTML incorrectas, no crea código donde no lo hay. La accesibilidad requiere cambios en el código fuente, no parches superficiales.
Interfieren con tecnologías de asistencia
Las personas usuarias han reportado incompatibilidades y conflictos constantes con este tipo de herramientas. Muchos overlays generan problemas con lectores de pantalla (como NVDA o JAWS), solapan atajos de teclado ya existentes o introducen barreras nuevas.
Las personas usuarias de tecnologías de apoyo suelen configurar sus sistemas operativos y navegadores con ajustes personalizados para que las funciones se adapten a sus necesidades, mediante propiedades como el nivel de zoom, configuraciones específicas en perfiles de alto contraste, o la velocidad de la voz del lector de pantalla. Las capas a menudo intentan sobrescribir o entran en conflicto con estas preferencias establecidas, obligándolos a abandonar sus herramientas familiares y adaptarse a los sustitutos desconocidos (y menos efectivos) del overlay.
Una encuesta reveladora de accesibilidad web de WebAIM encontró que hasta un 72% de los encuestados con discapacidades calificaron las capas como «nada o poco efectivas», y solo un 2.4% las calificó como «muy efectivas».
Por si fuera poco, incluso las personas usuarias sin discapacidad informaron conflictos con las capas de accesibilidad.
Implicaciones legales
Contrariamente a las afirmaciones de marketing de estos productos, las capas de accesibilidad no protegen a los sitios web de acciones legales. De hecho, son cada vez más citadas como barreras en las demandas relacionadas con la accesibilidad.
En 2024, el 25% de todas las demandas relacionadas con la accesibilidad en Estados Unidos citaron explícitamente dichos widgets como barreras en lugar de soluciones. Esta estadística subraya el fracaso de las capas en proporcionar la protección legal prometida.
Algunas multas
LightHouse et al. vs. ADP, Inc. (2022): Una organización sin fines de lucro demandó a ADP, una empresa de nóminas, porque su plataforma de RR.HH., Workforce Now, era inaccesible para empleados invidentes a pesar de utilizar una capa de accesibilidad. El acuerdo requirió que ADP dejara de usar el overlay y lograra una «conformidad sustancial» con WCAG 2.1. Este caso estableció que las capas por sí solas son insuficientes para la accesibilidad.
Quezada vs. US Wings: Un consumidor afectado de baja visión demandó a US Wings, una empresa de chaquetas, bajo la ADA y la Ley de Derechos Humanos de la Ciudad de Nueva York, afirmando que la capa de su sitio web no funcionaba con su lector de pantalla.
BloomsyBox vs. UserWay (Demanda Colectiva): BloomsyBox, un servicio de entrega de flores online, enfrentó una demanda colectiva de una persona con baja visión, a pesar de implementar la capa de UserWay, lo que expone la ineficacia de estos productos para prevenir acciones legales.
La pauta constante en estas demandas, donde la presencia de una capa no impidió el litigio y los acuerdos exigieron su eliminación en favor de una conformidad genuina con las WCAG, establece un precedente legal claro: las capas no son una defensa válida contra las reclamaciones de accesibilidad.
Quizá el caso más llamativo de los últimos años sea el de accessiBe. A raíz de la demanda, la Comisión Federal de Comercio (FTC) de EE. UU. tomó medidas decisivas contra este destacado proveedor de capas de accesibilidad. En enero de 2025, la FTC propuso una multa de un millón de dólares contra accessiBe por afirmaciones engañosas sobre la capacidad de su overlay para hacer que los sitios web cumplan plenamente con las WCAG.
La denuncia de la FTC alegaba que el producto estrella de accessiBe, «accessWidget», no cumplió su promesa de accesibilidad completa. Por si fuera poco, se demostró que accessiBe había manipulado artículos y reseñas de terceros para que parecieran opiniones independientes, sin revelar que era todo parte de una campaña de marketing fraudulento.
La sentencia prohíbe a accessiBe hacer afirmaciones engañosas de que sus productos automatizados pueden hacer que cualquier sitio web cumpla con las WCAG o garantizar el cumplimiento continuo a lo largo del tiempo, a menos que posea pruebas que respalden dichas afirmaciones. La decisión histórica de la FTC contra accessiBe indica una importante corrección del mercado y un mayor escrutinio regulatorio sobre toda la industria de las capas de accesibilidad.
La falsa sensación de seguridad
Atendiendo a los datos, es fácil darse cuenta del enorme riesgo que suponen estos productos. Las compañías y administraciones pueden creer erróneamente que instalar un overlay equivale a cumplir con la ley, lo cual no es cierto. Esto puede tener consecuencias legales y ser materia de sanciones económicas, ya que no ofrecen garantías de ningún tipo. Peor aún, confiar en estas soluciones en detrimento de la implementación real de una accesibilidad robusta y trabajada contribuirá al deterioro de la accesibilidad en el medio y largo plazo. Y finalmente, cuando los problemas legales o advertencias consigan que se intente remediar la situación, habrá que invertir muchos más recursos para lograr el mismo resultado.
A diferencia de una solución única y definitiva, la verdadera accesibilidad web es un proceso continuo que requiere mantenimiento, actualizaciones e integración constantes a lo largo de todo el ciclo de vida del proyecto.
Más de 700 profesionales de la accesibilidad y personas con discapacidad han firmado la Overlay Fact Sheet condenando el uso de las capas. Organizaciones destacadas como la Asociación Internacional de Profesionales de la Accesibilidad, el Proyecto A11y, la Comisión Europea, el Grupo Nielsen Norman y la Federación Nacional de Ciegos (NFB) desaconsejan encarecidamente su uso.
Seguir utilizando overlays o capas de accesibilidad significa ignorar activamente el consejo de los expertos y las necesidades de sus usuarios con discapacidad, lo que podría provocar un daño a la reputación y una percepción de inclusión meramente performativa en lugar de genuina. La accesibilidad es esencial para algunos y beneficiosa para todo el mundo. Estas soluciones «mágicas» han demostrado no ser más que espejismos, maquillajes que ocultan temporalmente los síntomas sin atajar la problemática real que hay detrás.
Artículo redactado por Rosa Mozota y Alan Escolà
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